conociendo algo más de la familia Aguayo
La noble ya antigua casa de Aguayo es una de las más calificadas de España.
Según la tradición, no fallaron ascendientes de este linaje entre los esforzados guerreros del invicto Pelayo, y de aquellos primeros momentos de la reconquista de España arranca el apellido Aguayo que, a creer lo que se lee en algunas crónicas antiguas, tuvo su origen en el siguiente hecho:
En una batalla que dio Pelayo a los moros cerca del río llamado Debas, contribuyeron eficazmente a la victoria tres valientes hermanos godos. En el calor de la pelea, vio el mayor de ellos a su Príncipe atacad por el enemigo en la orilla opuesta, y olvidándose de los peligros a que se exponía, voló en su auxilio, echándose al río y cruzando las aguas a nado. Terminada la refriega, el Príncipe, admirado del arrojo de su salvador, le preguntó como había podido resistir el ímpetu de las aguas, a lo que contestó el aludido caballero diciendo: “En servicio vuestro, no temo al agua yo.” De cuyas dos últimas palabras le quedó desde entonces el apellido Aguayo, que después conservaron sus ilustres sucesores.
Esto es lo que se lee en las crónicas antiguas respecto del origen del linaje que nos ocupa. Referente a su primitivo solar se tiene noticia cierta de que estuvo situado en el lugar de Molledo, valle de Iguña, en las montañas de Santander, y nos parece suficiente para la gloria y brillo de esta casa poder asegurar que los datos y noticias acerca de sus ilustres hijos adquieren positiva autenticidad desde principio del siglo XIII. En efecto, consta que:
I. Fernán de Aguayo. Señor de la Torre y casa fuerte solar de aguayo en el lugar de Molledo, del valle de Iguña, en las montañas de Santander, pasó con su hijo y nieto a las conquistas de Andalucía. Este hijo de Fernán se llamó
II. Diego Fernán Aguayo, que sirvió al Rey Don Fernando III el Santo en ls conquistas de Ubeda y Baeza (Jaén), donde tuvo su padre repartimiento, y en las de Córdoba y Ecija (Sevilla), señalándose en esta última su valor con la memorable hazaña de ser el primero que enarboló el pendón real, tocándole por ello en reparto los palacios que por él se llamaron de Diego, más unas huertas y tierras. Tuvo este caballero dos hijos: Rui Gutiérrez de Aguayo y Juan de Aguayo. El primero le acompañó, como hemos dicho, en las referidas conquistas de Andalucía, y al segundo lo dejó por Teniente de la Torre y casa fuerte de Aguayo. Al morir, le sucedió su primogénito.
III. Rui Gutiérrez de Aguayo, que fue Señor de los palacios de Diego, en Ecija; de la Torre y fortaleza de Aguayo, en el lugar de Molledo, y del Patronato de la Iglesia de Santa Olaya. Fue también el primero del linaje que se avecindó en Córdoba, donde casó con Elvira de Torres, Señora de los Galapagares. De este matrimonio nacieron:
1.º Ryi Gutiérrez de Aguayo, que sigue la línea y
2.º Diego Gutiérrez de Aguayo, que casó con Juana García Carrillo (hija de los primeros Señores de Santa Eufemia), y de esa unión nació Elvira Díaz de Aguayo, que contrajo matrimonio con Lope Alfonso de Angulo.
IV. Rui Gutiérrez de Aguayo, segundo del nombre, vasallo del Rey, Comendador de Valderricota en la Orden de Santiago, Señor de la Torre y valle de Aguayo (Cantabria), y de los palacios de Diego en Ecija, Patrono de la Iglesia de Santa Olaya y segundo Señor de Galapagares, contrajo matrimonio con Urraca Alfonso de Biedma. Otorgó testamento en Ecija, en 1380, y vivió cerca de cien años. Le sucedió en su casa y demás Señoríos su hijo
IV. Fernán Ruiz de Aguayo, tercer Señor de Galapagares, vasallo del Rey, Veinticuatro de Córdoba, que casó dos veces: la primera con Elvira Fernández de Gaete, hija del Señor de Montón de la Tierra, y la segunda con María García Carrillo, hija del tercer Señor de Santofinia. Otorgó testamento en Córdoba en 1424.
De la descendencia de los Aguayo de las diversas ramas de este linaje, como se verá en las casas de Aguilar, Villavicencio, Henestrosa, Sousa, Laso de la Vega, Ponce de León, Corral, Manrique, Córdoba, argote, Ríos, Silva y otras, tienen procedencia, los Duques del Infantado, del arco y de Montellano; Marqueses de Villaverde, de Rivas, de la Merced, de Carretas, de Santa Cruz, de Cabriñana, de la Puebla de los Infantes, de la Merced, de Villaseca, de Casablanca, de Villagarcía, de Vallehermoso, de las Torres de la Presa, de Graniña, de Simada, de Vega Florida, de Olivares, del Vado del Maestre, de Villafranca, de Carrión de Simada, de Vega Florida, de de Olivares, del Vado del Maestre, de Villafranca, de Carrión, de Villamaría, de Monsalud, de las Sirgadas, de Mancera, de Guadalcázar, de Villafuerte, de la Vega de Armijo, de la Cueva del Rey, de Villaalegre, de los Alamos, del Cerro, de Valhermoso, de la Mesa, del Castillo, de la Montilla, de Montefuerte, de Torreblanca, de Casa Saavedra, de Villanueva del Prado, de Campo verde, de Peñaflor, de Benamejí, de la Rambla, de La Granja, de Paterna del Campo, de Cela, de Villanueva del Castillo de Canche y de la Garantía; Conde de la Jarosa, de Gavia, de Fernán Ñúñez, de Priego, de Torralba, de Tábara, de Humanes, de Puertollano, de Gerona, de Víamanuel, de Bornos, de Cifuentes, de Siruela, de Valdelagrana, de Arenales, de Guadiana, del Aguila, de Villanueva, de Luque, de Valhermoso de Cárdenas, de Revillagigedo, de Castillo de Tajo y de Fuente el Salce; Vizcondes de la Torre de Albarragena y de Ríos, y Señores de Cabriñana, Cordobilla, Belmonte, Castril, Torre de Rodrigo, las Atalayas, Villarviejo, Cordela, la Higuera de Vargas, del Pilar, del Alferazgo Mayor de Sanlúcar, Torremilanos, Gayape, Cañada Jimena y la Estacada.
ARMAS
Como todos los Aguayo proceden del mismo origen y tronco, todas las ramas que de este dimanaron usan de unas mismas armas, que son:
1. En campo de plata, tres fajas ondeadas de azur. Bordura de oro, con ocho calderas de sable.
Algunos autores dicen que esa bordura es de plata. Otros manifiestan que el campo es de oro. Pero las verdaderas armas de los Aguayo son las que nosotros describimos y dibujamos, por ser las mismas que se ven en la capilla de los Aguayo, de la iglesia Catedral de Córdoba; en la Torre de Villaverde, en el Triunfo de San Rafael; en la plazuela de los Aguayo, en Córdoba, en la portada de casas principales del Conde de Portillo, en la Portada del Charco del Novillo, y en la casa de Aguayo, en Navarra.
2. Los del lugar de Molledo, y su rama en Córdoba, según Miguel de Salazar: En campo de plata, tres bandas ondeadas de azur. Bordura de plata, con ocho calderos de sable, y en cada uno una bandera de gules.
3. Los de la casa junto a la villa de Salvatierra usan: En campo de azur, tres fajas ondeadas, de plata. Bordura de plata, con ocho calderas de sable.
4. Los de Córdoba, según el Cronista Juan Francisco de Hita usaron: Escudo cortado: 1º, en campo de oro, dos calderas de sable, puestas en faja, y 2º, ondas de agua de azur y plata.
5. Los de origen castellano, según Vicente de Cadenas, traen: En campo de oro, un león, de gules, resaltado de una cotiza, de azur.
6. Otros: Escudo cuartelado: 1º y 4º, en plata, una cabeza de moro al natural, con turbante coronado y chorreando sangre, en punta ondas de agua de azur y plata; 2º y 3º, en plata, un castillo con tres almenas. Bordura general de gules, con ocho aspas de oro.
BIBLIOGRAFIA:
- Diccionario Hispanoamericano de Heráldica, por Endika de Mogrobejo. Tomo I, Páginas 364 y siguientes.
Según la tradición, no fallaron ascendientes de este linaje entre los esforzados guerreros del invicto Pelayo, y de aquellos primeros momentos de la reconquista de España arranca el apellido Aguayo que, a creer lo que se lee en algunas crónicas antiguas, tuvo su origen en el siguiente hecho:
En una batalla que dio Pelayo a los moros cerca del río llamado Debas, contribuyeron eficazmente a la victoria tres valientes hermanos godos. En el calor de la pelea, vio el mayor de ellos a su Príncipe atacad por el enemigo en la orilla opuesta, y olvidándose de los peligros a que se exponía, voló en su auxilio, echándose al río y cruzando las aguas a nado. Terminada la refriega, el Príncipe, admirado del arrojo de su salvador, le preguntó como había podido resistir el ímpetu de las aguas, a lo que contestó el aludido caballero diciendo: “En servicio vuestro, no temo al agua yo.” De cuyas dos últimas palabras le quedó desde entonces el apellido Aguayo, que después conservaron sus ilustres sucesores.
Esto es lo que se lee en las crónicas antiguas respecto del origen del linaje que nos ocupa. Referente a su primitivo solar se tiene noticia cierta de que estuvo situado en el lugar de Molledo, valle de Iguña, en las montañas de Santander, y nos parece suficiente para la gloria y brillo de esta casa poder asegurar que los datos y noticias acerca de sus ilustres hijos adquieren positiva autenticidad desde principio del siglo XIII. En efecto, consta que:
I. Fernán de Aguayo. Señor de la Torre y casa fuerte solar de aguayo en el lugar de Molledo, del valle de Iguña, en las montañas de Santander, pasó con su hijo y nieto a las conquistas de Andalucía. Este hijo de Fernán se llamó
II. Diego Fernán Aguayo, que sirvió al Rey Don Fernando III el Santo en ls conquistas de Ubeda y Baeza (Jaén), donde tuvo su padre repartimiento, y en las de Córdoba y Ecija (Sevilla), señalándose en esta última su valor con la memorable hazaña de ser el primero que enarboló el pendón real, tocándole por ello en reparto los palacios que por él se llamaron de Diego, más unas huertas y tierras. Tuvo este caballero dos hijos: Rui Gutiérrez de Aguayo y Juan de Aguayo. El primero le acompañó, como hemos dicho, en las referidas conquistas de Andalucía, y al segundo lo dejó por Teniente de la Torre y casa fuerte de Aguayo. Al morir, le sucedió su primogénito.
III. Rui Gutiérrez de Aguayo, que fue Señor de los palacios de Diego, en Ecija; de la Torre y fortaleza de Aguayo, en el lugar de Molledo, y del Patronato de la Iglesia de Santa Olaya. Fue también el primero del linaje que se avecindó en Córdoba, donde casó con Elvira de Torres, Señora de los Galapagares. De este matrimonio nacieron:
1.º Ryi Gutiérrez de Aguayo, que sigue la línea y
2.º Diego Gutiérrez de Aguayo, que casó con Juana García Carrillo (hija de los primeros Señores de Santa Eufemia), y de esa unión nació Elvira Díaz de Aguayo, que contrajo matrimonio con Lope Alfonso de Angulo.
IV. Rui Gutiérrez de Aguayo, segundo del nombre, vasallo del Rey, Comendador de Valderricota en la Orden de Santiago, Señor de la Torre y valle de Aguayo (Cantabria), y de los palacios de Diego en Ecija, Patrono de la Iglesia de Santa Olaya y segundo Señor de Galapagares, contrajo matrimonio con Urraca Alfonso de Biedma. Otorgó testamento en Ecija, en 1380, y vivió cerca de cien años. Le sucedió en su casa y demás Señoríos su hijo
IV. Fernán Ruiz de Aguayo, tercer Señor de Galapagares, vasallo del Rey, Veinticuatro de Córdoba, que casó dos veces: la primera con Elvira Fernández de Gaete, hija del Señor de Montón de la Tierra, y la segunda con María García Carrillo, hija del tercer Señor de Santofinia. Otorgó testamento en Córdoba en 1424.
De la descendencia de los Aguayo de las diversas ramas de este linaje, como se verá en las casas de Aguilar, Villavicencio, Henestrosa, Sousa, Laso de la Vega, Ponce de León, Corral, Manrique, Córdoba, argote, Ríos, Silva y otras, tienen procedencia, los Duques del Infantado, del arco y de Montellano; Marqueses de Villaverde, de Rivas, de la Merced, de Carretas, de Santa Cruz, de Cabriñana, de la Puebla de los Infantes, de la Merced, de Villaseca, de Casablanca, de Villagarcía, de Vallehermoso, de las Torres de la Presa, de Graniña, de Simada, de Vega Florida, de Olivares, del Vado del Maestre, de Villafranca, de Carrión de Simada, de Vega Florida, de de Olivares, del Vado del Maestre, de Villafranca, de Carrión, de Villamaría, de Monsalud, de las Sirgadas, de Mancera, de Guadalcázar, de Villafuerte, de la Vega de Armijo, de la Cueva del Rey, de Villaalegre, de los Alamos, del Cerro, de Valhermoso, de la Mesa, del Castillo, de la Montilla, de Montefuerte, de Torreblanca, de Casa Saavedra, de Villanueva del Prado, de Campo verde, de Peñaflor, de Benamejí, de la Rambla, de La Granja, de Paterna del Campo, de Cela, de Villanueva del Castillo de Canche y de la Garantía; Conde de la Jarosa, de Gavia, de Fernán Ñúñez, de Priego, de Torralba, de Tábara, de Humanes, de Puertollano, de Gerona, de Víamanuel, de Bornos, de Cifuentes, de Siruela, de Valdelagrana, de Arenales, de Guadiana, del Aguila, de Villanueva, de Luque, de Valhermoso de Cárdenas, de Revillagigedo, de Castillo de Tajo y de Fuente el Salce; Vizcondes de la Torre de Albarragena y de Ríos, y Señores de Cabriñana, Cordobilla, Belmonte, Castril, Torre de Rodrigo, las Atalayas, Villarviejo, Cordela, la Higuera de Vargas, del Pilar, del Alferazgo Mayor de Sanlúcar, Torremilanos, Gayape, Cañada Jimena y la Estacada.
ARMAS
Como todos los Aguayo proceden del mismo origen y tronco, todas las ramas que de este dimanaron usan de unas mismas armas, que son:
1. En campo de plata, tres fajas ondeadas de azur. Bordura de oro, con ocho calderas de sable.
Algunos autores dicen que esa bordura es de plata. Otros manifiestan que el campo es de oro. Pero las verdaderas armas de los Aguayo son las que nosotros describimos y dibujamos, por ser las mismas que se ven en la capilla de los Aguayo, de la iglesia Catedral de Córdoba; en la Torre de Villaverde, en el Triunfo de San Rafael; en la plazuela de los Aguayo, en Córdoba, en la portada de casas principales del Conde de Portillo, en la Portada del Charco del Novillo, y en la casa de Aguayo, en Navarra.
2. Los del lugar de Molledo, y su rama en Córdoba, según Miguel de Salazar: En campo de plata, tres bandas ondeadas de azur. Bordura de plata, con ocho calderos de sable, y en cada uno una bandera de gules.
3. Los de la casa junto a la villa de Salvatierra usan: En campo de azur, tres fajas ondeadas, de plata. Bordura de plata, con ocho calderas de sable.
4. Los de Córdoba, según el Cronista Juan Francisco de Hita usaron: Escudo cortado: 1º, en campo de oro, dos calderas de sable, puestas en faja, y 2º, ondas de agua de azur y plata.
5. Los de origen castellano, según Vicente de Cadenas, traen: En campo de oro, un león, de gules, resaltado de una cotiza, de azur.
6. Otros: Escudo cuartelado: 1º y 4º, en plata, una cabeza de moro al natural, con turbante coronado y chorreando sangre, en punta ondas de agua de azur y plata; 2º y 3º, en plata, un castillo con tres almenas. Bordura general de gules, con ocho aspas de oro.
BIBLIOGRAFIA:
- Diccionario Hispanoamericano de Heráldica, por Endika de Mogrobejo. Tomo I, Páginas 364 y siguientes.